ENVEJECIMIENTO DE
SITUACIÓN ACTUAL Y
PERSPECTIVAS DE FUTURO
Population aging and
dependence: current status and future perspectives
Juan Manuel López
Zafra[1]
Profesor Titular de Estadística e Investigación
Operativa. Facultad de CCEE. Universidad Complutense de Madrid. España
Resumen
El envejecimiento de las sociedades económicamente avanzadas
se plasma en un incremento significativo de la población mayor de 65 años, y
entre las características de tales poblaciones destaca el hecho de su elevado
grado de dependencia; podemos definir esta situación como la necesidad de ayuda
o asistencia que requiere una persona para la realización de sus actividades
más habituales o comunes. A lo largo de las próximas páginas se caracterizará en
primer lugar tal envejecimiento, derivado del desarrollo económico de los
países occidentales durante el último tercio del siglo pasado y acompañado de
importantes mejoras sanitarias con el consiguiente incremento en la esperanza de
vida, entre otras cuestiones.
A continuación nos centraremos en la situación de
dependencia, sus características socio-económicas y sus implicaciones en el
Estado del Bienestar, para finalizar con una breve exposición de las posibles
soluciones privadas a la situación planteada. Posteriormente se muestran las
principales conclusiones.
Palabras clave
Envejecimiento; Situación de dependencia; Estado del
Bienestar; Transformación del patrimonio; Seguro de dependencia.
Abstract
Aging of economically advanced
societies is reflected in a significant increase in the population over 65, and
between the characteristics of such populations highlights the fact its high
degree of dependence, which is defined as the need for help or assistance that requires
a person to perform its usual or common activities. Throughout the following
pages aging will be characterized as derived from economic development in
Western countries during the last third of the last century and accompanied by
significant health improvements with a consequent increase in life expectancy,
among other issues. Here we will focus
on the situation of dependency, their socio-economic characteristics and their
implications for the welfare state, ending with a brief discussion of possible
private solutions to the situation set out. The main conclusions are finally
shown.
Keywords
Aging; Dependence; Welfare
State.
JEL: G22, I30, J10.
1. Características
del envejecimiento de la población
España ha sido, hasta hace poco, uno de los
países con la población más joven de Europa. Es interesante observar cómo, en
sólo sesenta años, España ha pasado de contar con algo más de un 25% de menores
de 15 años a menos de un 15% en 2000, mientras que el resto de países mostrados
se han mantenido en cifras relativas de alrededor del 20% de forma bastante
estable. Según se desprende de Eurostat
(2005), y tal y como podemos observar en el siguiente cuadro 1, el progresivo
envejecimiento de la población española ha sido uno de los más rápidos e
importantes de nuestro entorno.
Cuadro
1. Tramos de edad (en tanto por ciento respecto del total de la población) de
España, Francia, Bélgica y Reino Unido desde
Fuente: Elaboración propia a partir de
datos de la página web de Eurostat.
En el gráfico 1 observamos cómo, mientras que
en los distintos grupos de edad la población si acaso se ha duplicado desde
1900, el grupo formado por las personas de 65 y más años se ha incrementado en
casi 7 veces desde entonces.
Gráfico
1. Factores de incremento de los distintos grupos de edad de la población
española desde 1900 (Base: 1900, factor 1)
Fuente: elaboración
propia a partir de Cabré, A. y J. Pérez (1998).
Gráfico 2. Evolución
de la estructura demográfica por tramos de edad 1900-2031
Fuente: elaboración
propia a partir del Anuario Estadístico del INE, varios años
En el gráfico 2, en cambio, observamos el
mapa territorial de los dos principales grupos de edad a efectos del presente
trabajo y cómo el tramo de mayores de 65 años ha ido ganando en presencia desde
1900 de forma significativa. Las causas que motivan tal envejecimiento pueden
resumirse en las siguientes:
a) El aumento
importantísimo de la esperanza de vida de los españoles.
b) El significativo
descenso de la fecundidad, característica de una transición demográfica, tardía
en nuestro país, pero que destaca por su rapidez en ejecutarse. A este respecto
se dan distintos motivos, que hacen que haya evolucionado en tal sentido
descendente de una manera tan importante; por un lado está la incorporación de
la mujer a la vida laboral; por otro, también podemos destacar el aumento de
edad a la hora de contraer matrimonio.
c) No se puede obviar el
importante descenso de la mortalidad producido durante el siglo pasado en toda
Europa y en especial en España, en donde la proporción de personas que llegan a
la vejez en cada una de las sucesivas generaciones es mayor: al empezar el
siglo XX España tenía una esperanza de vida al nacer inferior a los treinta y
cinco años, la más baja de toda Europa si no tenemos en cuenta a Rusia. Casi un
siglo más tarde se sitúa como país con una de las mayores esperanzas de vida en
el conjunto mundial, rondando los ochenta años.
El Informe
de las Naciones Unidas sobre el Envejecimiento de
También tiene y tendrá consecuencias y
repercusiones en todos los ámbitos de la vida diaria de hombres y mujeres. En
la economía, el envejecimiento de la población afectará el crecimiento
económico, al ahorro, las inversiones y el consumo, a los mercados laborales, a
las pensiones, a los impuestos y a la transferencia de capital y propiedades,
así como a la asistencia prestada por una generación a otra. El envejecimiento
de la población seguirá afectando a la salud y la atención médica, a la
composición y organización de la familia, a la vivienda y las migraciones. En
el gráfico 3 de la página siguiente, de acuerdo con Rodríguez Castedo, A. y
otros (2005), se recoge la evolución de la población española de más de 65
años.
Según los datos de Sancho Castiello, M.
(2005), podemos señalar que en el último siglo la población española ha
duplicado sus efectivos, al tiempo que el número de personas de edad ha crecido
en casi siete veces y los octogenarios se han multiplicado por trece. Los
octogenarios son ahora el 3,8% de la población (el 22,5% de los mayores). En
2050 se estima que sean ya el 10% de toda la población española, casi uno de
cada tres mayores.
Gráfico
3. Evolución de la población mayor de España (1900-2050); cifras agregadas, en
millones[2]
Fuente: Rodríguez Castedo y otros (2005).
En su relación con Europa, y tal y como se
puede observar en el Gráfico 4 de la página siguiente, actualmente España
presenta uno de los porcentajes de personas de edad sobre su población más
alto, y la proyección para el 2020 estima que aumentará dicho porcentaje, si
bien no será tan significativo como en países como Finlandia.
2. La situación de
dependencia
Entre los temas que actualmente acaparan la
atención de la opinión pública en España se sitúa el envejecimiento de la
población, o más concretamente la futura calidad de vida de nuestros mayores.
La atención de las necesidades de las personas dependientes es uno de los
grandes retos de la política social en todos los países desarrollados, pero
como veremos más adelante en una breve exposición de los principales modelos
desarrollados en el marco internacional, no sólo se ofrece este servicio desde
los organismos públicos, sino que la iniciativa privada, de mano del sector
asegurador, tiene un importante trabajo por delante, creando productos y servicios
de cobertura ante este riesgo.
Gráfico 4. Población
de 65 años y más, en tanto por ciento del total. Previsiones nacionales. Unión
Europea (2000-2020)
Fuente: elaboración
propia a partir de datos de la página web
de Eurostat.
Si bien existen distintas definiciones que
recogen adecuadamente la situación de dependencia, todas ellas con el
denominador común de necesidad de ayuda o asistencia importante para las
actividades de la vida cotidiana, se admite como referencia de esta situación
la dada por el Consejo de Europa que señala que es “aquel estado en que se
encuentran las personas que, por razones ligadas a la falta o a la pérdida de
autonomía física, psíquica o intelectual, tienen necesidad de asistencia y/o
ayudas importantes a fin de realizar los actos corrientes de la vida diaria y,
de modo particular, los referentes al cuidado personal”.
De esta definición podemos destacar tres
aspectos de suma importancia; el primero sería la existencia de una limitación
física, psíquica o intelectual que deja mermadas determinadas capacidades a las
personas. El segundo hecho destacable es la incapacidad de la persona para
realizar por sí misma las actividades de la vida diaria, que a continuación
definiremos de manera más exhaustiva, y el tercero y último la necesidad de una
asistencia por parte de una tercera persona. Aunque existen múltiples formas de
definir y clasificar estas actividades, según los autores, es común
diferenciarlas entre actividades básicas e instrumentales. Así, suele
distinguirse entre las siguientes:
- Actividades básicas de
la vida diaria (ABVD). Son las
actividades necesarias para poder subsistir de manera independiente: cambiar
las posiciones del cuerpo, levantarse y acostarse; desplazarse dentro del
hogar, asearse, controlar las necesidades; vestirse, desvestirse y arreglarse,
y comer y beber.
- Actividades
instrumentales de la vida diaria (AIVD).
Son actividades más complejas que las anteriores, y su realización requiere un
mayor nivel de autonomía personal. Son las tareas siguientes: deambular sin
medio de transporte; cuidarse de las compras; cuidarse de las comidas; cuidarse
de la limpieza y planchado de la ropa; cuidarse de la limpieza y mantenimiento
de la casa, y cuidarse del bienestar de los demás miembros de la familia.
Si bien la necesidad de asistencia o
cuidados derivada de las situaciones de dependencia ha existido siempre,
actualmente nos encontramos con la coincidencia de unos cambios significativos
en la estructura social de la familia y de hábitos en los cuidados de nuestros
mayores, ya que en el pasado era muy habitual que la mujer de la familia
cuidara a sus mayores, pero debido a su incorporación al mundo laboral fuera
del hogar no puede ya llevar a cabo este importante cometido. Por tanto es el
actual proceso de envejecimiento de la población el que acentúa este problema
de manera alarmante, junto con los hábitos de cuidado, mejora de la calidad de
vida, y otros factores que a continuación detallaremos con más profundidad. Entre
los aspectos determinantes de la dependencia, podemos destacar los siguientes:
·
Demográficos
- Envejecimiento
demográfico
- Aumento
de la esperanza de vida
·
Económicos
- Prosperidad
social
- Mejora
de calidad de vida de la tercera edad
- Mejora
del nivel educativo y de la formación
·
Socio-culturales
- Incorporación
de la mujer al mundo laboral
- Disminución
del núcleo familiar
- Aumento
de la movilidad geográfica
La evolución de la población dependiente en
España va a estar determinada por el proceso de envejecimiento demográfico, que
como hemos señalado en la primera parte de este trabajo es uno de los más
importantes en el contexto internacional, ya que este proceso no es lineal sino
que está condicionado por la estructura de la población. A continuación
recogemos la evolución prevista del número de personas dependientes en España,
para las actividades de la vida diaria por grados de necesidad, que se deduce
de las proyecciones realizadas en Rodríguez Castedo, A. y otros (2005).
Gráfico
5. Evolución prevista del número de dependientes para las actividades de la
vida diaria
Fuente: elaboración
propia a partir de Rodríguez Castedo, A, y otros (2005).
3. Soluciones
privadas a la situación de dependencia
La aprobación de
Tres son los modelos institucionales
seguidos por los distintos países en el desarrollo de esta cobertura. En el
modelo bismarckiano la dependencia se
reconoce como un nuevo riesgo, es decir, un nuevo pilar dentro de sus sistemas
de seguridad social; las prestaciones que otorga el Estado se encuentran
condicionadas a la cotización previa del individuo al sistema. Este modelo ofrece
protección al trabajador y a su familia contra todos los riesgos que pudieran
privarle de trabajar, financiándose mediante una cotización sobre los salarios
que permitiría percibir una renta en caso de que ocurra alguno de los riesgos
cubiertos. Los países que optan por este sistema son Alemania y Japón, entre
otros. En el modelo beveridgiano se
cubre al conjunto de su población de todos los riesgos sociales, tratándolos
como derechos universales, financiándose vía impuestos. Se basan en el
principio de solidaridad por falta de ingresos. La cobertura se ofrece vía
servicios de proximidad. Los países que siguen este modelo son los escandinavos
y los europeos anglosajones, si bien los primeros ofrecen una cobertura
significativamente mayor que los segundos. Por último, el modelo basado en la
ayuda social ha sido hasta la fecha el sistema seguido en España y en los
países del sur de Europa, como por ejemplo Italia o Portugal. En ellos, la
cobertura de dependencia se basa en ayudas sociales prestadas por administraciones
locales y ayuntamientos.
En cuanto a la aportación del sector
privado a la cobertura del riesgo de dependencia, se hace necesario efectuar
una división de estos mecanismos entre los seguros de dependencia y las
distintas fórmulas de transformación del patrimonio. Los primeros son aquéllos
en los que, como contraprestación de la prima que satisface el tomador, el
asegurador asume el pago o la prestación de un servicio en caso de entrada y/o
supervivencia del asegurado en un estado de dependencia. En este tipo de
operaciones, los flujos probables derivados del compromiso de la entidad
aseguradora se corrigen con probabilidades de entrada y permanencia en un
estado de dependencia. Por su parte, las fórmulas de transformación del
patrimonio no son instrumentos de previsión, son fórmulas de acceso a la
financiación necesaria para obtener los servicios socio-sanitarios requeridos
por aquellas personas que ya son dependientes. Por lo tanto, en estos
productos, por sí mismos, no se asume ningún riesgo biométrico asociado a la
dependencia si no van ligados a algún seguro. Comenzaremos resumiendo distintas
fórmulas de transformación de patrimonio que pueden permitir a las personas
mayores contar con un instrumento que permita financiar el estado de dependencia.
En el cuadro siguiente se recogen las distintas alternativas.
Cuadro 2. Fórmulas de transformación patrimonial hipotecaria
para la cobertura de la dependencia
|
|
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|
|
Características |
|
Hipoteca
Inversa |
Vivienda
Pensión |
Hipoteca
Pensión |
|
|
|
|
|
Definición |
|
Póliza de crédito con garantía hipotecaria con disposición de rentas para
pagar los gastos por dependencia |
Enajenación de la vivienda del dependiente a una
aseguradora para contratar un seguro de rentas de dependencia a prima única |
Constitución de una hipoteca sobre la vivienda por
parte del dependiente para contratar un seguro de rentas de dependencia a
prima única |
Características |
|
Hipoteca Inversa |
Vivienda Pensión |
Hipoteca Pensión |
Contratación de un seguro de
dependencia a prima única |
|
Opcional |
Obligatorio |
Obligatorio |
Cobertura vitalicia de la
dependencia |
|
No |
Sí |
Sí |
Titularidad de la vivienda |
|
Contratante |
Entidad Aseguradora |
Contratante |
Posible conflicto con los
herederos |
|
No |
Sí |
No |
Aprovechamiento de la
revalorización del inmueble |
|
Contratante |
Entidad Aseguradora |
Contratante |
Revalorización de las rentas de
dependencia |
|
No |
Según el tipo de seguro |
Según el tipo de seguro |
Gastos operación |
|
Impuesto TPAJD, aranceles notaría
y registro, gastos constitución del crédito |
Impuesto TPAJD, aranceles notaría y registro, gastos enajenación vivienda |
Impuesto TPAJD, aranceles notaría
y registro, gastos constitución hipoteca |
Tributación renta |
|
No |
Sí, una parte tributa como rendimiento de capital mobiliario según la
edad de contratación |
Sí, una parte tributa como rendimiento
de capital mobiliario según la edad de contratación |
Dentro de las fórmulas de transformación
patrimonial podemos efectuar una primera división atendiendo al origen de los
activos que son susceptibles de ser transformados. As, los productos de
transformación del patrimonio inmobiliario permiten aprovechar el muy notable
incremento patrimonial que se ha dado entre los españoles fruto de, por un
lado, una revalorización sin precedentes de los precios de los inmuebles y, por
el otro, de un incremento de las propiedades inmobiliarias.
Según los datos de
Señalamos a continuación las herramientas
más usuales de transformación del patrimonio inmobiliario como mecanismo de
financiación frente a una situación de dependencia:
La primera de ellas es la denominada hipoteca inversa; se trata de póliza de
crédito con garantía inmobiliaria, hasta un máximo que está condicionado por el
valor de la vivienda, de la que se pueden disponer cantidades periódicas para
satisfacer las necesidades derivadas del estado de dependencia. En este
producto, el titular de la vivienda continúa manteniendo la propiedad,
beneficiándose de las posibles revalorizaciones del inmueble. El vencimiento
del crédito suele ir vinculado al fallecimiento del deudor, momento en el cual
los herederos podrán optar por reembolsar los importes dispuestos, con los
intereses correspondientes, manteniendo la propiedad, o vender el inmueble
obteniendo, si la hubiere, la correspondiente plusvalía.
El inconveniente más importante que tiene
este producto es que no garantiza ingresos de forma vitalicia, dado que sólo lo
hace hasta el límite máximo en función del valor de la vivienda, por lo que a
partir de un momento el dependiente puede quedar desprotegido financieramente.
Para intentar soslayar este problema es posible contratar un seguro de
dependencia cuyos pagos previstos comiencen en la fecha en la que terminan los
pagos periódicos asociados a la póliza de crédito. La prima se satisface de una
sola vez, contra el crédito disponible. Este tipo de seguro de prestaciones
diferidas, para las entidades aseguradoras es poco atractivo dado que es
necesario asumir determinadas hipótesis biométricas a largo plazo sobre
supervivencia en estado de dependencia, en los cálculos de la prima única, que
no se pueden corregir con cláusulas de regularización de las primas. Otro inconveniente
para este producto son los elevados gastos de formalización que tiene esta
operación, derivados del impuesto de Actos Jurídicos Documentados, de los
gastos de notaria y registro, de las comisiones de apertura y de la prima única
del seguro si se desea una cobertura vitalicia.
La vivienda
pensión, por su parte, consiste en la enajenación de la vivienda a la
entidad aseguradora a cambio de un seguro de dependencia a prima única por el
importe de la venta, para personas que ya se encuentran en discapacidad. En la
enajenación existe la posibilidad de conservar el usufructo del inmueble si el
dependiente desea seguir viviendo en su domicilio, de forma que solo se venda
la nuda propiedad.
Este tipo de operaciones presenta algunos
inconvenientes para la entidad aseguradora como son, por un lado, los posibles
litigios con los herederos ante la frustración derivada de la pérdida de
expectativas hereditarias, o los problemas de liquidez y de gestión como
consecuencia de disponer de un activo ilíquido y estar pagando rentas
periódicamente, por otro.
La hipoteca
pensión es un tercer instrumento mediante el cual el dependiente hipoteca
la vivienda y con el importe obtenido constituye en la entidad aseguradora un
seguro de renta vitalicia que le permita sufragar parte o la totalidad de los
costes de su asistencia como dependiente. Al igual que en la hipoteca inversa,
el titular de la vivienda continúa manteniendo la propiedad, beneficiándose de
las posibles revalorizaciones del inmueble. Una ventaja de esta opción frente a
la hipoteca inversa es que existe la garantía de cobertura de la dependencia
por parte de la entidad aseguradora.
El principal inconveniente lo constituyen
los gastos de formalización que tiene esta operación, derivados del impuesto de
Actos Jurídicos Documentados, de los gastos de notaria y registro, y de las
comisiones de apertura de la hipoteca.
Además de las fórmulas de transformación
patrimonial inmobiliaria existe la posibilidad de utilizar distintos productos
financieros (seguros de ahorro, planes de pensiones, planes de previsión
asegurados, inversión en renta fija o variable, etc.) para la cobertura de
situaciones de dependencia. El inconveniente de esta opción es que no garantiza
una cobertura vitalicia de la dependencia, pues se agotan con la liquidación
del patrimonio. La posibilidad de contratar un seguro de dependencia a prima
única con el valor de los activos financieros permite obtener prestaciones
garantizadas mientras viva el dependiente. Señalamos a continuación los más habituales.
Los seguros de dependencia, desde el inicio
de su comercialización, han tenido distintas formas de aseguramiento. Los
diferentes productos en los mercados aseguradores en los que se comercializa
esta modalidad se pueden agrupar bajo distintos criterios, que a continuación
detallamos.
Según el estado de los asegurados en el
momento de la contratación, se distingue entre productos diseñados para la
contratación por parte de asegurados sanos y productos diseñados para
asegurados que ya están en estado de dependencia. En el primer caso, la opción
de aseguramiento más común, el asegurado no se encuentra en estado dependencia
cuando suscribe el seguro y su contratación obedece a la cobertura del riesgo
de entrada en dicho estado.
En los segundos, comercializados
fundamentalmente en el Reino Unido, (“Point
of need Plans”), el asegurado contratante ya se encuentra en dependencia al
suscribir el seguro. El riesgo asumido por
Según la periodicidad de cobro de las
prestaciones se distingue entre el caso de una única prestación o prestaciones
periódicas. En el primer supuesto se percibe un reembolso, o un importe a tanto
alzado, en el momento de entrada en dependencia. Esta cobertura suele ser
adicional de otra principal de dependencia donde sí se prevén prestaciones
periódicas. El motivo de la incorporación de este seguro complementario suele
venir asociado a los gastos derivados de los arreglos necesarios en la vivienda
del asegurado con motivo de su entrada en una situación de dependencia.
El segundo caso es la opción más frecuente
de aseguramiento. La incorporación de condiciones de revalorización de las
prestaciones es especialmente importante para este tipo de cobertura. El
contratante que no incorpore estas cláusulas, si bien abarata sustancialmente
las primas, puede estar “infraasegurando” el coste de su necesidad asistencial
en el momento que le sobrevenga el estado de dependencia. En el mercado
norteamericano la mayoría de las aseguradoras exigen a los solicitantes del
seguro que no quieren la opción de protección de la inflación, (“inflation riders” o “inflation protection”), el firmar una
declaración afirmando su negativa a la protección inflacionista.
Según la periodicidad de pago de primas se
distingue entre pagos únicos o periódicos. La primera opción de aseguramiento
suele ir vinculada a la percepción de una cantidad única a tanto alzado y no a
un reembolso periódico o una renta debido a que los capitales constitutivos de
estas últimas opciones son más elevados y esto eleva sustancialmente el importe
de la prima única. La segunda es mucho más frecuente y es usual en algunos de
los productos la posibilidad de que las primas no queden garantizadas para toda
la duración del seguro y que se introduzcan en las pólizas cláusulas de
revisión transcurrido un periodo de tiempo. Estás cláusulas, no obstante,
suelen tener limitadas las posibles subidas, tanto en importes como en periodos
de aplicación. En el momento de acaecimiento de la dependencia se suele prever
la exoneración del pago de las primas futuras.
Según la duración de la cobertura del
riesgo, se hace la diferencia entre cobertura temporal y vitalicia. La primera
modalidad, aunque se comercializa en algunos mercados, no parece muy adecuada
al no proteger suficientemente al asegurado. La contratación de una cobertura
temporal tiene exclusivamente su motivación en una reducción de la prima. La
segunda, en cambio, es la más extendida internacionalmente. El asegurador ha de
ser especialmente cuidadoso en la elaboración de las bases técnicas del seguro
debido a que en el momento de la contratación existe un capital en riesgo muy
importante que debe estar correspondido por unas primas adecuadas que
incorporen márgenes de seguridad sobre las hipótesis de cálculo de incidencia y
mortalidad de activos y dependientes a lo largo del tiempo.
En cuanto el tipo de beneficio asegurado,
puede ser la prestación del servicio, el reembolso de gastos o el pago de una
cantidad fija. En el primer supuesto, el acaecimiento del estado de dependencia
supone la prestación al asegurado de los cuidados socio-sanitarios que necesite,
bien en una residencia, bien en su propio domicilio. Desde el punto de vista de
la necesidad de protección por parte del asegurado es la fórmula más completa
de aseguramiento. No obstante, la prestación de la garantía de dependencia bajo
esta forma no está muy extendida debido a la aversión de las entidades
aseguradoras al riesgo de inflación a largo plazo de los costes de la
prestación de los servicios. El reembolso de gastos, por su parte, supone la
devolución al asegurado de un porcentaje, con un límite absoluto, del coste de
los servicios socio-sanitarios en que incurra el dependiente. En el caso de que
se reciban cuidados informales realizados por un familiar, se suele entregar
una cantidad a tanto alzado equivalente a un valor porcentual inferior al
límite fijado para cuidados institucionalizados. En este tipo de productos se
acompaña al reembolso un servicio de asesoramiento médico que ayuda a elegir
los cuidados más adecuados para el paciente.
Por último, el pago de una cantidad fija
suele comercializarse a través de rentas actuariales de dependencia pagaderas
mientras viva el asegurado con cláusulas de revalorización automática para
minimizar el efecto de la inflación. Desde el punto de vista de la entidad
aseguradora esta opción es fácil de gestionar ya que además de ir realizando
los pagos, la compañía únicamente debe de controlar la salida del asegurado del
estado de dependencia, ya sea por recuperación o por fallecimiento. No
obstante, desde el punto de vista del asegurado no parece ésta tampoco la mejor
opción, pues el cobro de un importe no garantiza que sea utilizado de la forma
más eficiente en el cuidado del dependiente. En muchos casos se reciben
cuidados informales por familiares y amigos cuando sería más adecuado recibir
ayuda profesional en un centro residencial.
La comercialización del Seguro de
Dependencia con cobertura en forma de prestación de servicios, reembolso o
subsidio suele ser realizado por entidades que operan en el ramo de Salud,
siendo más frecuente la venta de seguros de rentas de dependencia en compañías
aseguradoras de vida.
Por último, se suele distinguir asimismo en
virtud de la relación de esta garantía con otras dentro del seguro; así, como
garantía principal, debido a la importancia de este seguro y unido al elevado
coste de la prima, se hace aconsejable su comercialización de manera
independiente. Como garantía complementaria de seguros de salud y vida, la
dependencia puede ser incorporada tanto como garantía adicional en un seguro de
asistencia sanitaria o reembolso de gastos médicos, como renta de dependencia
adicional a una renta actuarial o cierta (“Enhanced
pension”), como anticipo de un porcentaje periódico, en caso de
dependencia, del capital principal para el caso de fallecimiento en un seguro
vida entera, o como seguro de rentas de invalidez que a partir de los 65 años
se convierte en un seguro de rentas de dependencia.
4. Conclusiones
Como hemos tratado de poner de manifiesto a
lo largo de las páginas precedentes, el envejecimiento demográfico existente en
nuestras sociedades avanzadas es un elemento novedoso al que no ha tenido que
enfrentarse la humanidad hasta fechas recientes. España, actualmente una de las
principales economías del mundo, no es una excepción, sino más bien el
paradigma. Con una transición demográfica tardía pero muy rápida, nuestro país
ha pasado en cincuenta años de ser uno de los países más jóvenes de nuestro
entorno a uno de los más envejecidos y con mayor esperanza de vida al nacer. La
situación plantea una serie de riesgos y problemas a los que la sociedad se
debe enfrentar. El incremento de la proporción de personas mayores es un hecho
al que debe responder la sociedad en su conjunto. El aumento de la esperanza de
vida, debida a múltiples factores, provoca un incremento enorme en el número y
proporción de dependientes.
La financiación privada de la dependencia
supondrá la movilización del patrimonio de los dependientes hacia mecanismos
que garanticen una cobertura completa de las necesidades de asistencia futura.
En este sentido, las fórmulas de transformación patrimonial jugarán un papel
fundamental en la canalización de recursos hacia los seguros de dependencia.
Ambos instrumentos, por tanto, se configuran como elementos básicos en el
desarrollo de la financiación privada de la dependencia. Consecuentemente,
tanto las aseguradoras como otras entidades financieras jugarán un rol decisivo
en la viabilidad del desarrollo futuro sistema privado de dependencia siempre
que sean capaces de desarrollar conjuntamente los instrumentos de
transformación patrimonial y aseguramiento de forma complementaria.
Fecha de
recepción del artículo: 18 de
noviembre de 2008
Fecha de aceptación definitiva: 4 de diciembre de 2008
Bibliografía
[1] Cabré, A.; J. Pérez (1995): "Envejecimiento demográfico
en España". En Las Actividades
Económicas de las Personas Mayores. Banco Central Hispano.
[2] Eurostat (2005): The social
situation in the European Union 2004. Comisión Europea. Copia en http://www.epp.eurostat.cec.eu.int/portal
[3] Rodríguez Castedo, A. y otros (2005): Atención a las Personas en Situación de
Dependencia en España. Libro Blanco. Ministerio de Trabajo y Asuntos
Sociales.
[4] Sancho Castiello, M. (2005): Los mayores en España. Informe 2004. Instituto de Mayores y
Servicios Sociales, Madrid. Copia en www.imsersomayores.cisc.es/estadisticas/informemayores/
[1] Correo electrónico:
juanma-lz@ccee.ucm.es. El presente
artículo es deudor de los desarrollados en colaboración con Sonia de Paz Cobo y
Eduardo Sánchez Delgado y publicados originariamente en la revista Gerencia de Riesgos.
[2] De